Recién estrenada en Francia, con retraso por el maldito Covid, y a punto de serlo en España el 12 de noviembre, la película “Eiffel” pone de actualidad la figura de uno de los grandes ingenieros mundiales, las huellas de sus muchas obras en París y otros lugares y el simbolismo que la célebre Torre Eiffel sigue dando a la capital francesa.
La película, dirigida por Martin Bourboulon y con Romain Duris (Gustave Eiffel) y la guapísima y sublime Emma Mackey como Adrienne Bourgè, el amor de su vida, combina magistralmente dos tormentosos temas: la propia construcción de la que iba a ser efímera torre para la Exposición Universal de 1889 en París y la conflictiva relación actual y veinte años antes de los dos protagonistas. La producción, con 23 millones de euros de presupuesto, es la más cara acometida por el cine francés en 2020.
El argumento se centra en los primeros y complicados pasos del inicio de la construcción de la Torre. Habiendo finalizado su colaboración en la Estatua de la Libertad, el célebre ingeniero Gustave Eiffel está en la cima del mundo. El gobierno francés le está presionando para diseñar algo espectacular para la Exposición Universal de París de 1889, pero Eiffel no está interesado. De repente, todo cambia cuando en su camino se cruza una misteriosa mujer de su pasado, Adrienne Bourgès, y el fuego de su pasión prohibida se reaviva. Ahora ella es la esposa de un político que tiene poder sobre el plan de Eiffel para construir la torre de 300 metros que dominará el horizonte de la ciudad y que, enterado de la reanudación de su relación, intenta hacerle fracasar. Eiffel debe luchar contra los bancos, los trabajadores mal pagados, los políticos, los funcionarios de la ciudad y la gente de París que al principio no les gusta lo que ven. Pero al final se sale con la suya, decide que, contra lo previsto, su Torre será definitiva "sustituye los tornillos por remaches para que no se pueda desmontar", ordena al capataz, y el momento de la inauguración, al que asiste escondida su gran amor, es uno de los más emocionantes de la película.
Su fuerza radica en los fascinantes detalles técnicos de cómo se construyó la torre, con el uso de cajones clavados a través del lodo de melaza del Sena, y en un terreno más firme donde los cimientos podrían hormigonarse de manera segura. La ingeniosa combinación en el aire de los segmentos de la torre que se colocaron en voladizo en una alineación precisa mediante el uso de arena o agua para subir o bajar desde el suelo es impresionante. Las maquetas, algunas a tamaño real, utilizadas en el film contribuyen a la credibilidad de la historia, que no se ajusta exactamente a la realidad.
Tras los pasos de Eiffel en París
Con motivo del estreno de la película "Eiffel" de Martin Bourboulon, la Oficina de Turismo de París propone una visita siguiendo los pasos del arquitecto Gustave Eiffel, así como los lugares de rodaje en el corazón de la capital francesa. El renombrado arquitecto francés Gustave Eiffel, nativo de Dijon, participó en gran medida en la democratización de las estructuras metálicas en la arquitectura moderna. Desde mediados del siglo XIX, sus puentes, estaciones y edificios se proyectaron en todo el mundo gracias a su facilidad de montaje, transporte en forma de kit y las hazañas arquitectónicas resultantes. Pero además de la icónica Torre Eiffel, la conocida como "La Dame de Fer", París y sus alrededores esconden muchas obras que Gustave Eiffel ayudó a erigir o en gran medida inspiró. Estas son algunas:
Printemps Haussmann.
Reconstruido en 1882 por Paul Sédille después de un incendio, es uno de los primeros edificios públicos parisinos en afirmar su estructura metálica incluso en su fachada, siguiendo el modelo que Eiffel acababa de introducir en las construcciones. El hierro se convierte entonces en un material noble y un elemento importante de la decoración, especialmente en las vigas y escaleras. Precisamente aquí se consiguió la exclusiva de los productos derivados de la Exposición Universal de 1889, como las medallas de la Torre Eiffel, por el emprendedor fundador de Printemps, Jules Jaluzot, y que se vendían únicamente en los Grandes Almacenes.
Bar restaurante Le Shack.
A medio camino entre restaurante, club social y zona de coworking, el espacio habitable Shack se encuentra en las antiguas instalaciones de la imprenta Calmann-Lévy en el corazón del Triángulo Dorado se debe a Eiffel, la realización en 1872, de la estructura metálica de este edificio bañado en luz que ha sabido conservar todo su encanto y su autenticidad.
Pont aux Buttes-Chaumont.
Pocos parisinos lo saben, pero el puente Buttes-Chaumont, una obra de hierro cuyo color verde recuerda a los árboles del parque, es obra de Gustave Eiffel. De ladrillos rojos y metal, conecta la puerta de Sécretan con los cerros de Puebla y Fessart y fue un antiguo puente vial.
Museo de Artes y Oficios de París.
En 1881, a petición de Bartholdi, Gustave Eiffel sucedió a Viollet-le-Duc en el diseño de la estructura de hierro de la Estatua de la Libertad. El primer monumento "kit" de la historia, la estructura metálica es liviana y flexible y se adhieren 80 toneladas de placas de cobre que forman la cobertura de la estatua. Se ensambla por primera vez en París antes de enviarse desmontada a Estados Unidos. El Museo de Artes y Oficios conservó una réplica de la estatua que se ha cedido a Estados Unidos desde el verano de 2021, así como un modelo a escala 1/16 de la estatua, en madera, yeso y hierro. El museo también alberga un conjunto fotográfico y objetos en torno a la Estatua de la Libertad, donados por la viuda de Bartholdi a principios del siglo XX.
La Samaritaine Pont Neuf.
Una obra maestra que combina Art Nouveau y Art Deco, los grandes almacenes La Samaritaine Paris Pont Neuf, fundados en 1870 por Ernest Cognacq y Marie-Louise Jaÿ, ofrece en su arquitectura metálica una promesa de luz y espacio. El arquitecto Frantz Jourdain quería utilizar nuevas técnicas y fascinado por las máquinas y la arquitectura de Gustave Eiffel, tomó la idea de una estructura metálica decorada visible para todos, en contraste con lo que se encontraba en ese momento. La estructura y las escaleras de hierro forjado esculpidas están hechas por Gustave Eiffel.
Paradis Latin.
El cabaret más antiguo de París, mítico lugar creado bajo Napoleón, fue destruido durante la guerra franco-prusiana en 1870 y así se mantuvo durante 17 años. En el momento de la Exposición Universal de 1889 que celebraba el centenario de la Revolución, Gustave Eiffel reconstruyó el teatro que se convirtió en el Paradis Latin. Las columnas metálicas están colocadas sobre las ruinas subterráneas del recinto de Philippe Auguste y la altura bajo el techo permite competir con una catedral, con espectáculos aéreos inolvidables.
Palacio Galliera.
Combinando tradiciones arquitectónicas e innovaciones técnicas, el Museo de la Moda de la Ciudad de París, o Palais Galliera, construido en 1894, esconde bajo sus piedras una estructura metálica firmada por Eiffel. De estilo Beaux-Arts, inspirado en el Renacimiento, este monumento está realmente a la vanguardia de la tecnología de la época. Producidos por la Compagnie des Etablissements Eiffel, los pasamanos de las escaleras, los ventanales y las puertas de la plaza Brignole-Galliera también provienen del mismo taller que la famosa Torre Eiffel.
Champ-de-Mars.
Además de la icónica torre, Gustave Eiffel ha dejado muchos rastros en el Champ-de-Mars a lo largo de los años. Para salvar su torre de la destrucción planeada para después de la Exposición Universal, Gustave Eiffel imagina usarla con fines científicos. En 1909, instaló un túnel de viento a los pies de la Torre Eiffel con el fin de realizar numerosas pruebas para simular el efecto del viento en aviones pero también en automóviles. Trasladado en 1912 a Auteuil, el túnel de viento Aérodynamique Eiffel permanece en funcionamiento hasta el día de hoy. Un poco más lejos, al pie del pilar norte de la Torre Eiffel, se descubre un busto realizado en bronce dorado que representa a Gustave Eiffel y realizado por Antoine Bourdelle.
Torre Eiffel.
Naturalmente no puede faltar en el recorrido por la obra de Gustave Eiffel su obra cumbre, la Torre que lleva su nombre, un verdadero símbolo de París en todo el mundo. La Torre Eiffel fue construida para la Exposición Universal de 1889 por Gustave Eiffel. Con una altura de 312 metros (sin la antena), era entonces y siguió siéndolo durante 41 años, la torre más alta del mundo, con una arquitectura innovadora que dio y sigue dando mucho que hablar. Su construcción en 2 años, 2 meses y 5 días fue una auténtica revolución técnica. Los paneles se fabricaron a medida en Levallois Perret y solo hubo que montarlos in situ. Inicialmente destinada a ser desmontada después de 20 años, fue salvada por numerosos experimentos científicos. Gustave Eiffel instaló una antena en su cumbre lanzando las primeras transmisiones radiográficas, muy utilizadas durante la 1ª Guerra Mundial. Ahora es uno de los monumentos más visitados del mundo.
10 curiosidades de la Torre Eiffel
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Cada siete años la Torre se pinta con 50 toneladas de pintura para evitar la corrosión, razón por la que ha cambiado de color en numerosas ocasiones. Son los visitantes los que deciden la nueva tonalidad votando en el primer piso como quieren que se pinte.
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Aunque al principio no gustó, hoy recibe la visita de más de 7 millones de personas al año. Es el cuarto monumento más visitado del mundo.
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Actualmente hay 17 reproducciones de la Torre por todo el mundo, siendo la réplica de Las Vegas la más grande (165 metros) y la de Michigan la más pequeña (3 metros).
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Durante su paseo triunfal por París, Hitler quiso subir a ella, pero no pudo. Para evitar que subiera, la Resistencia Francesa cortó los cables del ascensor y el dictador se negó a subir los más de 1600 escalones.
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Tal vez enfadado por ello Adolf Hitler ordenó su derribo mediante explosivos en el verano de 1944 antes de entregar la ciudad a las fuerzas aliadas, junto con otros edificios notables de París. Tan solo la intercesión de Dietrich von Chiktitz, el gobernador militar de París durante la ocupación alemana, y su negativa a cumplir las órdenes de su Führer, salvó a la construcción de la catástrofe.
- La torre pudo haber estado en Barcelona. Al parecer, la Torre Eiffel fue pensada originalmente para la ciudad de Barcelona, pero España rechazó el proyecto.