• Urge una acción legislativa que proteja este recurso natural y promueva un desarrollo equilibrado y sostenible

Costa Rica, con su abundancia de recursos naturales, es hogar de diversas fuentes de aguas termales gracias a su actividad volcánica. Estas aguas, reconocidas por sus propiedades terapéuticas son un recurso natural, un atractivo turístico y económico. Sin embargo, su aprovechamiento carece de un marco legal robusto que garantice su uso sostenible y equitativo

Las aguas termales no están reguladas de manera específica en la legislación costarricense. Aunque existen normativas generales sobre aguas y recursos naturales, estas no abordan las particularidades de este recurso, dejando un vacío legal que permite su explotación sin criterios claros de sostenibilidad o protección ambiental. Este vacío puede llevar a conflictos de interés, deterioro ambiental y un uso desigual de los beneficios económicos que generan, dijo el presidente de Arenal Cámara de Turismo y Comercio, Tadeo Morales.

La ausencia de un marco regulatorio también plantea riesgos para la salud pública y la calidad del servicio en los establecimientos que las aprovechan. Sin estándares claros, no hay garantías sobre la pureza del agua, el manejo adecuado de los residuos o la protección del entorno natural que rodea a estas fuentes. La Asamblea Legislativa enfrenta el reto de desarrollar una normativa que garantice el uso responsable de las aguas termales en el país.

Es crucial que Costa Rica desarrolle una legislación específica para las aguas termales que establezca lineamientos sobre su uso, conservación y distribución de beneficios. Esto debería incluir criterios técnicos para su explotación, protección de los ecosistemas circundantes y un enfoque que promueva el acceso equitativo a sus beneficios, tanto para las comunidades locales como para el sector turístico.