Por: Hernán Imhoff, Presidente Cámara de Comercio y Turismo de Tamarindo.
Luego de casi dos años sufriendo los embates de la Pandemia de Covid-19 el sector turismo, que antes de esa emergencia sanitaria generaba 600 mil empleos directos e indirectos, espera con paciencia definiciones de política pública claras y concretas para retomar la senda del crecimiento.
La meta de ocupar un cargo de elección popular entraña responsabilidades que, en mucho, trascienden las vanidades personales para asumir la representación de una colectividad con diversos intereses que deben armonizarse en favor del bien común.
Hoy más que nunca, cuando la crisis aún golpea a muchos sectores económicos, ocupamos que los líderes de las instancias del Poder Formal tengan clara cuál es la ruta para sacar el país adelante.
En la primera ronda de las actuales elecciones el tema del turismo apenas si fue abordado de manera tangencial; es decir, que únicamente logramos escuchar algunas referencias en extremo generales, sin aterrizar en cómo esos planes iban a ser llevados a la práctica.
Desde el sector de la “industria sin chimeneas” ocupamos respuestas claras con una hoja de ruta que señale con datos y vías legales a seguir, cuáles serán los pasos que cada Partido desarrollará para relanzar esta actividad económica que aún sufre los embates del virus.
Necesitamos de ideas aterrizadas sobre la realidad, más que un listado de buenas intenciones que no pasan del papel o que solamente sirven para salir del paso en un discurso para la audiencia durante un debate.
Está en juego la fuente de ingresos de miles de familias y PYMES porque como bien se sabe la actividad turística derrama sus beneficios sobre una enorme cantidad de sectores como la hotelería, bares y restaurantes, renta de automóviles, transporte de pasajeros y compra de alimentos e insumos para sitios de alojamientos, entre otros. Toda esa legión de personas que se gana la vida gracias al turismo merece respuestas claras muy lejos de las tradicionales promesas vacías de otras contiendas electorales porque ahora las circunstancias históricas así lo exigen.
Como ciudadanos tomemos la batuta, pidamos cuentas claras para que; de paso, elevemos el nivel de la discusión de ideas, reduzcamos el abstencionismo y mejoraremos la cultura cívico-democrática.