Abrir los sentidos, conectarse de forma más profunda con la naturaleza y bajar el ritmo agitado que caracteriza el estilo de vida de la sociedad moderna, esa es la propuesta de los de Baños Forestales.
Esta terapia fue inspirada en la práctica japonesa “shinrin yoku” la cual surgió en los 80`s debido a los altos índices de estrés que presentaban las personas y que coincidió con el boom tecnológico, y con ello en un menor contacto de la gente con ambientes naturales.
Japón se basó en dicha práctica de origen budista ancestral la cual brinda beneficios a nivel físico, emocional y sicológicos, entre los cuales destacan una reducción en la presión arterial, un aumento importante en el sistema inmune, en la concentración y en la creatividad de las personas, que se traduce en menores niveles de depresión y ansiedad.
En Costa Rica, la Terapia Forestal se está dando a conocer a través del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y es parte de la estrategia Wellness Pura Vida. El mismo consiste en un paseo lento y relajado en espacios naturales.
Manuela Siegfried, posee una certificación en Terapia Forestal y se encarga de brindar la guía a quienes desean experimentar las bondades de esta técnica, por medio de la sensibilización de lo que ofrece la naturaleza. “El bosque es el terapeuta, el guía es quien abre las puertas para preparar al participante y el bosque se encarga del resto”, señaló.
Estar en ambientes naturales es parte de nuestro ADN, pero en las últimas décadas más personas han migrado a la ciudad. Se estima que en el 20130, 2 de cada 3 personas vivirán en ciudades, de ahí la importancia de la promoción de este tipo de actividades.