La cosmética natural ha dejado de ser un tema solamente de belleza, porque la naturaleza nos aporta bienestar desde cualquier forma que la veamos. Desde la antigüedad conocemos parte de sus secretos y nuestros antepasados ya tenían prácticas de bienestar, disfrutaban del contacto con la naturaleza bañándose en ríos, lagunas o lagos, caminaban bajo la lluvia o caminaban descalzos sobre la tierra o el césped, incluso en sus trabajos tenían practicas de bienestar, como disfrutar de un almuerzo en el campo bajo la sombra de un árbol, por ejemplo.
Recordemos a nuestras bisabuelas o abuelas, haciendo sus cosméticos y ungüentos buscando el bienestar personal y el de sus seres queridos. Bienestar que ha ido evolucionando a través de los años, con nuevas tendencias y nuevos conocimientos, podemos hablar entonces del deporte, la nutrición, el entretenimiento, actividades al aire libre en familia o en pareja, aportando salud mental, física y emocional, gracias incluso a las redes sociales, hemos visto un crecimiento en educación en bienestar que se ha dado al respecto, abriendo oportunidades a toda la población mundial de conocer sobre la importancia de prácticas de bienestar en nuestra vida cotidiana.
En la actualidad, buscamos en centros urbanos un poco de esas prácticas de bienestar que tenían a su alcance nuestros antepasados y que lo hacían de forma natural como parte de su estilo de vida. Acudimos a estéticas, spa y otros centros urbanos para que nos brinden soluciones, no sólo para vernos bien, sino también para experimentar un poco de esas sensaciones de bienestar del contacto con la naturaleza que tenían nuestros antepasados.
Ya no tenemos a nuestro alcance facilidades como acudir a un río a bañarnos y lavar nuestro rostro con agua pura, pero indirectamente buscamos esos beneficios para el bienestar en centros urbanos, buscamos alternativas que nos evoquen a nuestros antepasados, lugares donde logremos vernos bien y sentirnos mejor.
Los cosméticos naturales al tener su esencia natural, aportan energías si están hechos con la elaboración adecuada, con buenas materias primas y con la buena manipulación por parte del especialista que los aplica. Es toda una cadena desde que se cosecha el ingrediente natural, hasta que con él se elabora la materia prima para producir el cosmético y hasta su aplicación, para que esa esencia no se pierda.
Por lo que podemos decir que los cosméticos naturales son trasportadores de energía al usuario final y, por lo tanto, los productos tratados de esa manera aportan bienestar, pero, aunque el cosmético sea elaborado con todos los cuidados antes indicados para mantener su energía, esta se verá afectada si se aplica de forma negativa.
Partiendo de la primicia que un cosmético no es una medicina o medicamento, es importante recordar que sus beneficios serán más visibles en usuarios que tengan una buena actitud y disciplina con su uso, el consumidor responsable obtiene beneficios, pero si es disciplinado y entiende que el cuidado de la piel es algo que debe ser parte de su estilo de vida.
Las materias primas adecuadas y las formulaciones en perfecto equilibrio de ingredientes que sean compatibles, hacen de los cosméticos naturales, cosmética inteligente y responsable, por eso los espacios y momentos donde se apliquen deben ser relacionados a ella, para generar un bienestar integral y que las energías no se corten.
Por otro lado, equivocadamente se ha visto la utilización de materias primas madre (de grado alimenticio) y lo que se requiere es materia prima de grado cosmético, para que las moléculas sean compatibles con la piel, esta las reconozca y el efecto sea positivo. La aplicación de ese tipo de cosmética llamada natural, sólo por tener ingredientes naturales, no podría llevar la esencia de la naturaleza a través de la piel, pues no es compatible y no estaría penetrando en ella.