En El Arenal, una de las hermosas playas de Pedasí, en la provincia de Los Santos, y con la espectacular escena de las acrobacias de un grupo de ballenas jorobadas junto a sus neonatos, la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) realizó el lanzamiento de la temporada de avistamiento de este cetáceo, que se convierte en esta época en el atractivo turístico más esperado por nacionales y extranjeros.
La temporada de avistamiento de este gigante del mar se da todos los años de julio a octubre, meses en los que el mamífero se moviliza desde el Pacífico Sur a las cálidas aguas del pacifico para aparearse y dar a luz a sus crías, alejada de aguas donde hay mayor amenaza y cantidad de depredadores.
El administrador general de la ATP, Iván Eskildsen, señaló que dentro del Plan Maestro de Turismo Sostenible (PMTS) 2020-2025 en el eje del patrimonio azul se está apostando a un turismo de naturaleza que apele a los viajeros “conscientes”, uno de los segmentos de mayor crecimiento a nivel mundial. “La llegada de estos maravillosos seres a aguas panameñas representa un contacto con la naturaleza que aporta una experiencia transformadora, que es lo que más buscan los viajeros conscientes.”
Destacó que el avistamiento de cetáceos son eventos que promueve la ATP de manera prioritaria, ya que al promoverse este tipo de turismo de forma responsable, se beneficia la economía de las comunidades costeras, quienes también se sumarán a su conservación, logrando que la población se dedique a actividades más sostenibles.
Para el alcalde de Pedasí, Miguel Batista, el avistamiento de ballenas es un activo importante para la región, ya que de julio a octubre en las costas de Pedasí, en Azuero, las personas pueden observar el espectáculo que ofrecen estas acróbatas del mar y el visitante, con suerte, podrá verlas desde la orilla, porque la zona cuenta con 55 kilómetros de playas; sin embargo, recomendó que es propicio observarlas a una mejor distancia como en Playa El Arenal, sobre un bote y vivir la experiencia de escuchar su sonido y disfrutar del refugio de vida silvestre en Isla Iguana.
Existen otros espacios marinos donde se pueden divisar ballenas y delfines como a lo largo de todo el litoral pacífico en el sur de la provincia de Veraguas (Santa Catalina) y zonas colindantes, alrededor del Parque Nacional Coiba; Boca Chica, en la provincia de Chiriquí; el archipiélago de Las Perlas, entro otros destinos, donde además de apreciar las acrobacias de estos cetáceos, el turista puede disfrutar de una exquisita gastronomía, turismo de aventura y de contacto con la naturaleza y conocer el patrimonio cultural de los pueblos.
Irving Barahona, quien se dedica a trasladar a los turistas hace 19 años, de Pedasí a Isla Iguana. manifestó que en los 4 o 5 meses de avistamiento de ballenas la economía mejora en la región, porque las personas además de llegar a la región para disfrutar del espectáculo se hospedan y realizan compras en los comercios.
En Pedasí unas 25 personas brindan el servicio de traslado en bote a alta mar, para observar las ballenas junto a sus neonatos, manteniendo el distanciamiento reglamentado por las autoridades. Los botes salen de Playa El Arenal y el viaje se realiza en aproximadamente 20 minutos.
Tras este lanzamiento, la ATP en el Parque Central de Pedasí instaló tótems con una exposición fotográfica de ballenas y tips de cómo realizar esta actividad de forma responsable, ya que la entidad apela al turista consciente que disfruta del patrimonio y lo conserva.
Protocolos a seguir, para vivir la experiencia
Tanto la ATP, MiAmbiente, así como la Alcaldía de Pedasí exhortan a turistas locales y extranjeros a disfrutar de este tesoro de la naturaleza de forma responsable, a fin de practicar un turismo sostenible y amigable con el entorno, respetando el protocolo de avistamiento de 2017, que establece los parámetros para realizar esta actividad.
Al momento de emprender el viaje en altamar se debe cumplir con lo siguiente: evitar nadar, bucear con snorkel o tanque o cualquier actividad que implique interactuar con los animales en su hábitat.
El acercamiento para la observación debe realizarse siempre en forma paralela al curso de desplazamiento de los cetáceos y ligeramente por detrás de estos atendiendo las distancias señaladas.
Evitar acercarse a menos de 250 metros de las ballenas, y a menos de 100 metros de los delfines, y cuando se observa una ballena con cría el tiempo máximo será de 15 minutos. Además, el motor de la embarcación debe permanecer neutro durante el avistamiento.
Asimismo está prohibido el uso de ecosondas en las áreas de observación y los cambios repentinos de velocidad o cursos de embarcación durante el avistamiento. La velocidad máxima permitida en presencia de cetáceos es de 4 nudos o siete km/h.
El avistamiento no podrá superar los 30 minutos con un mismo grupo de cetáceos y no está permitido interrumpir el curso de cetáceos, dividirlos o dispersarlos cuando vayan en grupo.
El incumplimiento de estas normativas constituye una falta administrativa que será sancionada por MiAmbiente.