Según los expertos, desarrollar el turismo virtual, implementar el servicio a domicilio en el caso de restaurantes y recortar gastos administrativos serán claves para los pequeños y medianos empresarios de la industria.
La propagación del coronavirus COVID-19 no solo ha dejado a su paso sistemas de salud colapsados, cierre de fronteras y un radical cambio social. Alrededor del mundo, también, ya es evidente su impacto negativo en la economía de muchos sectores, acentuándose mayormente en el turismo y hospitalidad. En Costa Rica, el sector de la hospitalidad emplea de forma directa a más de 211 mil personas y posee un significativo peso del 8% en el Producto Interno Bruto (PIB) del país.
La crisis provocó la cancelación masiva de vuelos, reservaciones de hoteles, tours, cierre de hoteles, restaurantes y despidos por tiempo indefinido. Por eso la pregunta es inminente, ¿existe la posibilidad de que la industria turística pueda ajustar su modelo de negocio para sobrevivir mientras pasa la tormenta?
Juan Diego Sánchez, especialista en asesoría empresarial, investigador y profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales y Hospitalidad de la Universidad Latina de Costa Rica, afirmó que, aunque el panorama es poco alentador, surgen algunas estrategias y modalidades de negocio en las que el sector de la hospitalidad en Costa Rica podría incursionar para sobrevivir.
Una de ellas es el turismo virtual. Esta modalidad, que ha tomado fuerza en los últimos días, se ha implementado mayormente en sitios en los que el turista debe desplazarse y hacer largos recorridos en un lugar específico, como museos, plazas, iglesias, jardines, bosques y reservas forestales, como los que imperan en nuestro país.
“Parece ser contraproducente, incluso desde un punto de vista etimológico, pues la palabra turismo en si implica la movilización física de personas, sin embargo, esta puede ser una rápida solución ante la crisis”, afirmó Sánchez.
Además, añadió, “claro está que los ingresos por este tipo de servicios no se asemejan jamás a los dados por la recepción física de personas, pero bien, puede representar una fuente de ingresos, en temas tales como clases o actividades en línea, tours dados por una persona con elementos virtuales en tiempo real, de forma que el huésped a distancia pueda observarlo, e incluso, actividades de juegos o participación en línea, tales como casinos y deportes”.
Para el sector gastronómico, este investigador aconseja activar la modalidad de servicio a domicilio, ya que al haber consciencia colectiva de la importancia de mantenerse alejado de las calles y con suspensión temporal de actividades sociales, recibir los alimentos de preferencia en casa puede resultar una solución oportuna.
“Con esto la industria podría obtener algún beneficio derivado de la situación pandémica, pues al atender un mercado sujeto a un temor racional e instintivo de resguardarse, la entrega de alimentos a su casa parece ser una buena opción y, por qué no, quizá hasta una explicación técnica en línea de los alimentos y platillos comprados, aplicable especialmente para restaurantes dirigidos al sector gourmet”, señaló Sánchez.
Los negocios relacionados al sector turismo y hospitalidad también deben considerar temas tales como el recorte de gastos, los gastos contables diferidos, la suspensión de contratos labores de forma temporal y las excepciones tributarias, todo en aras de salvaguardar su operación.
Además, es necesario considerar la visión estratégica a futuro y quizás iniciar con ventas de paquetes a mediano o largo plazo, intentando solicitar un adelanto con algún beneficio en descuento para el cliente, lo cual, claro está, conlleva una dificultad pues el mercado de la industria se encuentra cautivo ante pánico social por la emergencia sanitaria.