Inmerso en un bosque nuboso y acompañado por el sonido del Río Gorrión y el susurro de los árboles, se encuentra el Restaurante Las Ventanas, del Hotel El Silencio Lodge & Spa, ubicado en Bajos del Toro, Alajuela.
Este restaurante de piso de madera, con techo decorado con la misma técnica de las carretas nacionales y amplios ventanales está a cargo del Chef Robert Álvarez, quien llegó hace tres meses con la consigna de renovar la oferta gastronómica del hotel, para sorprender y deleitar a los paladares más exigentes por medio de la fusión de sabores peruanos, mediterráneos y nacionales.
Robert Álvarez, Chef Ejecutivo de El Silencio Lodge explica que “para hacer el cambio del menú se revisó la opción anterior y se tomó en consideración lo que nuestros comensales solicitaban; y a partir de ahí se inició la planeación y creación de un menú que tuviera un encanto propio, sabores únicos, y generarán una experiencia gastronómica con más matices y variedad”.
“Para esta primera etapa cambiamos primero el menú de cena, que está compuesto por entrada, plato fuerte y postre; y los ingredientes que se emplean provienen de nuestra propia mini granja orgánica, de nuestro estanque de trucha y de algunos productores de la zona de Sarchí. Lo que hace que contemos siempre con ingredientes orgánicos frescos, y nos permita ser un referente nacional de la tendencia del jardín a la mesa en Costa Rica”, agregó Álvarez.
En cuanto a la inspiración para el diseño del nuevo menú, el Chef se enfocó en desarrollar platillos, donde lo más importante fuera su sabor e incorporar en ellos una fusión de la gastronomía peruana, mediterránea y nacional; con un alto respeto por cada ingrediente a emplear, con el fin de brindar al comensal una experiencia inigualable en su paladar.
En cuanto, a los platillos que conforman el menú los visitantes podrán encontrar: un auténtico ceviche peruano, trucha a la plancha con salsa de vino de fresa y pimienta roja y puré de coliflor, un lecho confitado con hummus de garbanzo, vegetales ahumados, durazno a la parrilla, rissoto con pera, queso azul y cebolla caramelizada, gnocchi de la huerta con salsa de ayote, y varias opciones más que sorprenderán a los comensales.
Con esta nueva carta el Chef busca contar con platillos bandera y que sea referente en su segmento de turismo de lujo y Relais & Chateaux; así como, que sea una carta con opciones dinámicas, creativas, de sabores espectaculares y que refleje el sello del Chef detrás de estas creaciones.
Otro aspecto que el Chef ha buscado mejorar junto con el sommelier del hotel, es ofrecer una nueva carta de vinos incorporando opciones peruanas para acompañar el menú de cena y de almuerzo.
Por otro lado, el menú de desayuno y almuerzo estarán en proceso de renovación el próximo año. Actualmente, el desayuno incluye una amplia variedad de frutas frescas, delicias de panadería y platos tradicionales costarricenses. El menú del almuerzo está inspirado en la gastronomía costarricense.
Finalmente, ¿qué viene a futuro en el área de la gastronomía? A mediano plazo, el Hotel El Silencio Lodge estará incorporando un restaurante en una línea de trattoria que ofrezca pizza, pasta y cerveza artesanal.
Su enfoque serán de platillo con una mezcla de sabores, opciones cuidadas y con una excelente presentación que acompañen una cerveza artesanal de la casa o alguna copa de vino recomendad por el sommelier del hotel.
Además, están desarrollando una Pastelería con un enfoque de Deli Gourmet para brindar opciones de café y postres. Así como, este sea un espacio para impartir las clases de cata de café ya brinda el hotel.
Acerca del Chef Ejecutivo Robert Álvarez. Robert Álvarez Pianto (conocido profesionalmente como Pianto) personifica una historia de intensas experiencias culinarias que se trazan desde sus raíces peruano-italianas, una pasión desenfrenada por aprender y un enfoque dinámico en la ejecución de la alta cocina.
Robert nació en Chincha, una tierra de haciendas agrarias en la región peruana de Ica. Fiel al sincretismo cultural del Perú, Chincha expuso a Robert a un rico tapiz de influencias españolas, italianas, indígenas y africanas. La infancia y adolescencia de Pianto despertaron su primera pasión: el fútbol. Como jugador, se destacó por su disciplina, compromiso y agudo instinto. Esta actitud dinámica de nunca parar le valió el apodo de La Moto y dio pie a su carrera estelar como Chef.
Sus primeros años en Chincha también cultivaron un amor incipiente por las artes culinarias. Este se gestó en la pequeña bodega de sus abuelos maternos, un destino local favorito para saborear bocadillos caseros. Se convirtió en la mano derecha de su madre, acompañándola a los mercados locales para seleccionar los ingredientes que se transformarían en Ceviches, Sopa Seca y otros platillos peruanos. Esta complicidad lúdica un día llevó a Pianto a concluir que su vocación profesional era en las artes culinarias.
Así, La Moto se enrumbó hacia Lima para estudiar en el prestigioso Instituto de Gastronomía D'Gallia. Durante sus tres años de estudios formales, ganó exposición en selectos hoteles boutique regionales y se codeó con personalidades como Teresa Ocampo (considerada pionera en el posicionamiento del Perú como un referente gastronómico internacional).
La carrera de Pianto pronto le llevó a Europa, estableciéndose en Tenerife, España, donde obtuvo un posgrado en Gastronomía Sostenible. Allí perfeccionó su talento en el venerable Gran Hotel Bahía del Duque. Cenas temáticas, cocina de autor y maridaje de vinos complementaron su formación con las habilidades únicas que exige un destino vacacional de alto nivel. Su eventual regreso a Perú significó el inicio de nueve años de carrera en el restaurante de alta cocina La Locanda del Swissôtel-Lima.