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Investigadores especialistas en abejas, colibríes, mariposas y murciélagos realizan monitoreos en fincas agrícolas aledañas a la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Diriá con el fin de determinar la riqueza de grupos faunísticos claves para la polinización y dispersión de semillas.

Este proceso se cumple con especialistas de la UNED, en conjunto con FUNDECONGO y la II Deuda Canje de la Naturaleza, bajo el proyecto “Conservación de Fauna Polinizadora y Dispersora Clave para la Recuperación del Bosque y Mejoramiento de la Productividad en Fincas Dedicadas a la Agricultura en el Área de Amortiguamiento del Parque Nacional Diriá”.

La iniciativa se propone documentar la fauna presente asociada a la polinización y dispersión, así como sensibilizar a agricultores, productores y comunidad en general para que protejan y conserven a estos organismos encargados de mantener la estabilidad de los ecosistemas y la seguridad alimentaria. Se conoce que el 75% de los cultivos mundiales dependen de la polinización.

Por esta razón, se capacita a la población mediante un proceso de sensibilización y educación ambiental para comprender la importancia ecológica, económica, cultural y social que brindan los polinizadores y dispersores, a su vez adoptar prácticas agroecológicas que sean sostenibles en las actividades agrícolas y pecuarias.

Cindy Arias, encargada del proyecto, reconoce que es necesaria la integración de diversos actores claves en todos los niveles desde los más pequeños hasta los adultos, ya que la formación en la parte ambiental debe ser un componente integral de la educación. “Es de vital importancia el aprendizaje para la protección de polinizadores y dispersores para que los mismos miembros de las comunidades sean quienes conozcan la diversidad biológica asociada a la agricultura. Además, sean gestores partícipes en el manejo y uso sostenible de los recursos naturales presentes y se apropien de proyectos de estrategias de conservación”, dijo.

Por su parte, Carlos Chaves, encargado del componente de educación ambiental, indica que “se encuentran ejerciendo un rol participativo para alcanzar los objetivos del proyecto, esto se ha logrado por medio de acciones interdisciplinarias con instituciones públicas, privadas, sociedad civil, Organizaciones No Gubernamentales, entre otros, los cuales han facilitado una mayor percepción y apertura de las comunidades en los procesos de educación y sensibilización ambiental relacionada con la conservación de los polinizadores y dispersores. Siendo la UNED un protagonista fundamental dentro del territorio que va sumando actores claves en el proyecto”.

Un ejemplo de ello se llevó a cabo el pasado mes de noviembre en el cantón de Santa Cruz, donde se realizó una serie de actos culturales y artísticos basados en música, canto, teatro, combinado con charlas y actividades prácticas bajo el lema “Cultura y ambiente son uno mismo”. En esta actividad participó Anabelle Fonseca y Diana Robles, del SINEM, elenco Teatro 204 y equipo técnico.

Luego se realizó una práctica de campo en la Finca Orgánica La Senda, en Santa Rosa de Santa Cruz, a cargo del Ing. Carlos Pineda, quien expuso y bridó una inducción a los agricultores sobre los beneficios de adoptar prácticas agroecológicas, uso y conservación de semillas criollas, abonos orgánicos, entre otras prácticas para mejorar los rendimientos agrícolas de forma más ecológica y sostenible.

Manfred Villegas, estudiante de Manejo de Recursos Naturales de la UNED, quien evaluó la calidad del hábitat en varias fincas ubicadas en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Diriá, detalló que las fincas poseen un gran potencial para la conversión agroecológica ya que estos terrenos dedicados a la agricultura se encuentran conviviendo paralelamente con una amplia red de recursos naturales y que disponen de materia prima de calidad proveniente de toda la zona boscosa de esta área protegida. Por ejemplo, la disposición de materia orgánica esencial para la producción de abonos y mejoramiento de la calidad del suelo en sitios cultivables.

En el caso de los agricultores, Gerardo Gutiérrez, productor agrícola de la comunidad de Arado, acota desde su experiencia que, gracias al acompañamiento brindado en este pecto, pretende aplicar prácticas agroecológicas en su finca a mediano y largo plazo.

Al respecto, Luz Mery Vásquez, caficultora de la zona de La Esperanza, afirmó sentirse orgullosa de que su finca de café sea uno de los sitios designados en los que se encuentran realizando los monitoreos de fauna polinizadora y dispersora. Para ella, es un gran reto convertir su finca a un modelo integral agroecológico.

Es importante recalcar que estas actividades de educación ambiental motivan a las comunidades a involucrarse en los proyectos de conservación de los recursos naturales, en tanto potencian el desarrollo local de la mano con el ambiente.


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