| Ambiente

El Parque Nacional Palo Verde, es uno de los sitios Ramsar reconocidos internacionalmente, por sus distintos tipos de humedales que concentran una diversidad de aves. Crédito de foto: costaricaguide.com
El Parque Nacional Palo Verde, es uno de los sitios Ramsar reconocidos internacionalmente, por sus distintos tipos de humedales que concentran una diversidad de aves. Crédito de foto: costaricaguide.com
  • El 30% ecosistemas tienen algún tipo riesgo en el país.
  • Según el informe 6IN, Guanacaste es una de las tres áreas más afectadas a nivel nacional.

Por Silleny Sanabria Soto

Con una extensión de 51.100 kilómetros cuadrados, considerado un territorio relativamente pequeño, Costa Rica es reconocida internacionalmente, al al­bergar una gran riqueza de ecosistemas, especies y genes en los que se manifiesta el 5% de la biodiversidad mundial; además mantiene bajo protección cerca del 30 % de su te­rritorio y su cobertura boscosa supera el 50%.

Al 2015, el país contaba con un registro aproximado de 95.157 especies conocidas, listado que sigue en creci­miento. Sin embargo, según la “Lista Roja” creada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), para ese año se registró un incre­mento del 12.9% en el número de especies amenazadas entre 2011 y 2014, lo que demuestra que existen múltiples reportes de que la biodiversidad y sus ecosistemas se están deteriorando.

Según la “Lista Roja”, al 2015 el 30 % de los ecosistemas de Costa Rica esta en algún tipo de riesgo, y su principal amenaza es la reducción del territorio natural debido al uso de la tierra. Sin embargo, acorde al Sexto Informe Nacional sobre el Estado de la Biodiversidad (6IN) del 2019, el país aumentó a 26,51% la superficie terrestre protegida e incre­mentó a 2,75% su superficie marina, con la creación de dos nuevas áreas protegidas.

A pesar de ello, sopesa que el estado de la biodiversidad en Costa Rica presenta señales de alerta en sus diferentesniveles, principalmente en la reducción de cobertura en los ecosistemas como manglares, acuíferos y la contaminación de ríos. Además, existe una alerta en la situación de espe­cies nativas forestales maderables y no maderables, aves marinas y algunas especies de peces y crustáceos; y en los recursos genéticos tales como: cultivos como frijol y po­blaciones aisladas de mamíferos. Según el informe 6IN, las áreas de Guanacaste, Huetar Norte y Tortuguero son las más afectadas.

Peligros en diversidad de ecosistemas, no refie­ren solo al cambio climático

La pérdida o deterioro de los ecosistemas se identifican en su mayoría por causas como: la transformación de un paisaje rural hacia lo urbano, en donde no existe un creci­miento urbano con una adecuada planificación que incluya servicios esenciales como de infraestructura de saneamien­to, por ejemplo; lo que impacta de forma negativa la co­nectividad ecosistémica. En las zonas rurales del país, esta transformación de ecosistemas se ha visto de forma más prominente en los paisajes ganaderos.

Según datos de la Estrategia Nacional de Biodiversidad 2016-2025, en las últimas décadas, el país ha recuperado su cobertura boscosa hasta llegar a un 53% a nivel nacional en el 2014; sin embargo, en algunos casos se ha transformado en prácticas agrícolas más intensivas con el uso excesivo de agroquímicos y se ha perdido la cobertura neta de algunos humedales (en particular de manglares), debido a la trans­formación agrícola.

La contaminación, tanto urbana como rural, repercute tam­bién en el estado de los ecosistemas dulce-acuícolas y ma­rino-costeros. Adicionalmente, la extracción ilegal, tanto de fauna y flora de ecosistemas protegidos, como artes de pes­ca que sobrepasan los límites ecológicos para la recupera­ción de poblaciones. Otras de las amenazas de importancia refieren a la variabilidad y cambio climático, que pone en alto riesgo a los ecosistemas más sensibles como los arreci­fes de coral y los bosques secos, pero además los incendios y sequías (vinculados al cambio climático), y las especies invasoras, crean importantes desbalances ecológicos.

ACG es la única en América en contar con 4 ecosistemas

Los humedales, manglares, el bosque tropical seco, el bos­que tropical lluvioso, el bosque de páramo, el bosque tro­pical húmedo, los arrecifes y el bosque nuboso, son los 8 ecosistemas que bordean a Costa Rica.

El Área de Conservación Guanacaste, comprende cua­tro ecosistemas tropicales (marino-costero, bosque seco, bosque nuboso y bosque lluvioso), y se convierte en la única área de conservación de América en presentar esta condición. Se estima que en ella existen aproximadamen­te 235.000 especies (65% del estimado de las especies en Costa Rica) y un 2.6 % de la biodiversidad mundial en el ACG, razón por la cual fue declarada en 1999 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Datos del Inventario Nacional de Humedales (INH), indi­can que el país cuenta con más de 307.000 hectáreas de humedales debidamente registrados, es decir, más de 359 humedales. El 49% de la superficie de estos ecosistemas están bajo alguna categoría de manejo de Áreas Silvestres Protegidas (ASP), de las cuales La Amistad Pacífico y Gua­nacaste agrupan el 0,84% de estos ecosistemas.

En Costa Rica 12 humedales han sido declarados sitio Ramsar, desde que se estableció el tratado internacional en 1971. Entre ellos se destacan tres de la provincia de Gua­nacaste: el Manglar de Potrero Grande, ubicado en la Pe­nínsula de Santa Elena, en el Parque Nacional Santa Rosa; considerado el manglar más desarrollado e intacto sobre la Costa Pacífica de Costa Rica. También el Refugio Nacio­nal de Vida Silvestre Tamarindo, establecido como uno los sitios de anidación más importante para la Tortugas Baula, Tortuga Verde del Pacífico, la Tortuga Lora y la Tortuga Carey, pues cuenta con el mangle negro, el mangle blanco, el mangle piñuela, el mangle botoncillo y el mangle rojo; y el Parque Nacional Palo Verde compuesto por varios tipos de humedales entre ellos pantanos de agua dulce y las lagu­nas, que permiten una gran concentración de aves acuáticas y vadeadoras, tanto nativas como migratorias.


2018 © Revista Viajes. Todos los derechos reservados.
Se autoriza reproducir total o parcialmente citando la fuente siempre y cuando no sea con fines comerciales.