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Vista Bahía Salinas desde Hacienda El Cenizaro.
Vista Bahía Salinas desde Hacienda El Cenizaro.

Sabías que el Corredor Costero del cantón de La Cruz en Gua­nacaste, posee una gran riqueza geológica, arqueológica, paisajista, histórica y biológica, convirtiéndolo en un tesoro natural escasamente ex­plorado y por ello de gran potencial para la actividad turística. Esta ruta forma parte del plan de turismo del Área de Manejo Marino de Bahía San­ta Elena.

El corredor turístico de La Cruz com­prende Bahía Salinas y recorre el li­toral en toda la sección del Pacífico Norte, hasta llegar a la frontera con Nicaragua.

Sus tesoros naturales

Geología

El recorrido en bote, se vislumbra su diversidad geológica, donde es posible admirar majestuosos paisajes, como los sedimentos marinos, vulcanismo y sedimentos fósiles. En el primer caso, los sedimentos se letificaron transfor­mándose en grandes piedras en formas de lajas ancladas en el mar, en el caso del vulcanismo, son planicies de ori­gen volcánico; donde se visualiza los volcanes Rincón de la Vieja, Cacao y Orosí, otro paraje que muestra el lugar y la tercera vista, son rocas llamadas periodotitas, conocidas como ser­pentinas expuestas a las condiciones naturales del sol, el viento, el agua y que proceden del manto terrestre. La riqueza de su biodiversidad nace de estas tres grandes formaciones, ya que en cada una ellas, crece diferentes ti­pos de bosque, lo que contribuye a que haya mayor biodiversidad”, explicó la Bióloga del Área de Conservación Guanacaste (ACG), María Marta Cha­varría Díaz, durante el tour en bote sa­liendo del estero de Cuajiniquil.

Esa riqueza le ha sido valorado, decla­rado de interés geológico nacional. Sus arrecifes fósiles expuestos, son unos de los remanentes del mar Tethys, an­tiguo mar de la era de los dinosaurios, cuya fauna ha dado las claves para co­nocer los orígenes de Costa Rica, su contexto y evolución tectónica.

Estos terrenos se encuentran expues­tos en la superficie de la península a lo largo del litoral y cubre las bahías de Cuajiniquil, Santa Elena, Playa Blan­ca, Potrero Grande, Nancite y Naran­jo, convirtiéndolo de interés turístico y de investigación a nivel nacional y mundial.


Estrella de mar, una de las especies que se observan en la practica de snorkel. Crédito de la foto: Biológa del ACG Martha Chavarría.
Estrella de mar, una de las especies que se observan en la practica de snorkel. Crédito de la foto: Biológa del ACG Martha Chavarría.

Por otro lado, el manto terrestre en Playa Blanca es un elemento único con formaciones rocosas muy particu­lares de gran potencial para el turismo científico.

Biodiversidad

La zona también guarda una gran ri­queza biológica. Según el Sistema Nacional de Áreas de Conservación, en la bahía Matapalito y en la boca de Bahía Santa Elena existe una variedad de formaciones coralinas y de manglar con los valores más altos de cobertura viva del Pacífico Norte, convirtiéndo­lo en un área de reproducción natural especies de peces.

También es posible divisar arrecifes y corales creciendo alrededor de islas e islotes.

Parte del tour se puede practicar snor­kel, donde se divisan una gran varie­dad de especies de marinas, como la estrella de mar, manta rayas, peces óseos, etc.

En Santa Elena se reportan ocho espe­cies de ballenas y delfines: la ballena Sei, ballena jorobada, cachalote, orca, la falsa orca, el delfín manchado, el delfín de dientes rugosos y el delfín nariz de botella.

Bahía Matapalito, al este de la entrada a Bahía Santa Elena, es un destino fre­cuentado por tres especies de tortugas: la tortuga lora, la Carey y la negra del Pacífico, siendo el destino de alimen­tación más importante y de refugio para la tortuga carey, así como para la alimentación y reproducción de adul­tos de la tortuga negra y lora.


Boca del Mero en el sector Murciélago, el cual es parte del tour en bote que se ofrece al turista.
Boca del Mero en el sector Murciélago, el cual es parte del tour en bote que se ofrece al turista.

El Jobo también se caracteriza por re­cibir cinco diferentes especies de tor­tugas marinas (la Verde, Lora, Carey, Negra y Baula) para su desove, duran­te todos los meses del año, pero varias de ellas se encuentran en peligro de extinción.

Debido a la gran variedad de ambien­tes costeros, el Pacífico Norte posee muchas especies de peces. En el sitio de observa al tiburón ballena, incluido en la lista roja de especies amenazadas de UICN.

Otros de los tours turísticos marítimos son Diving Center de Cuajiniquil, di­rigido por Mainor Lara, el kite surf se destaca a nivel mundial, ubicándose en el top 10 de los mejores lugares para hacer este deporte, snorkel, pesca deportiva entre otros.

Arqueología

En la Bahía de Santa Elena existen si­tios de gran valor arqueológico donde se evidencia la extracción de los recur­sos marinos y costeros por parte de los antiguos habitantes de esta zona. En ella también existe un conchero lla­mado "basurero indígena" que data de los años 600 AC. Otra joya arqueoló­gica son los petroglifos grabados que se ubican en varios lugares, pero prin­cipalmente en Escondido, que forma parte del corredor turístico.

Historia

Su riqueza histórica, está represen­tando con las Haciendas Murciélago y Santa Rosa lugares donde se llevó a cabo acontecimientos importantes para la historia del país en el siglo XIX, como lo fue la Batalla de Santa Rosa.

La hacienda siempre fue un espacio de disputas, utilizado como refugio por personas que luchaban en la campaña nacional, principalmente por partida­rios de Calderón Guardia. La unión Calderón con los Somoza y su asilo en Nicaragua despertaron aun mayor inte­rés en esas tierras fronterizas.


Este es uno de los platillos a base de pescado frito que ofrece el Restaurante El Arrecife ubicado en Cuajiniquil.
Este es uno de los platillos a base de pescado frito que ofrece el Restaurante El Arrecife ubicado en Cuajiniquil.

Tras una serie de negociaciones, los Somoza adquirieron tanto la Hacienda Murciélago como Santa Rosa. En 1966 controlaban unas 31.000 hectáreas en Guanacaste: aproximadamente 10,500 en Santa Rosa; 16.431 en la adyacente Murciélago y 4.118 en El Viejo (Edel­man, 1995).

Desde dicho momento la hacienda tuvo un interés estratégico militar, puesto que, según relatos de pobla­dores, era recurrente observar avio­nes militares sobrevolando desde que Somoza se instauró en el lugar. Otro dato relevante es que ahí se realizaban reparaciones a barcos, de ahí el nom­bre de una de sus playas, Pintadero. La BSE siempre ha sido un lugar de refu­gio para las embarcaciones.

Es importante destacar que la llegada de nuevas inversiones turísticas fue el que trajo un nuevo aire al cantón, el cual empezó a florecer con mejores servicios para atender al incipiente tu­rismo que lo visitaba.

Hace cuatro años, La Cruz era uno de los destinos más pobres del país, de­bido a que 5 de cada 10 personas ca­recían de empleo. Sin embargo, la lle­gada del Hotel Dreams a El Jobo, trajo consigo un impulso a la economía de la zona, generando empleo y poniendo al cantón en el mapa mundial, como destino turístico. Muestra de ello es que dicha inversión beneficia a 600 fa­milias de forma directa y a más de 2 000 de forma indirecta.

Esta inversión fue el detonante para que hoy la comunidad cuente con mejor in­fraestructura vial, un acueducto reno­vado, nuevas oportunidades de empleo y educación, así como la generación de encadenamientos productivos.

A raíz de la llegada de este complejo, algunas operadoras turísticas, peque­ñas y medianas empresas (PYMES) empezaron a operar en el cantón y a ofrecer más fuentes de trabajo.

Atractivos y servicios terrestres del Corredor Turístico

Empresas como Hacienda el Cenízaro es uno de esos emprendimientos que apostó a las bellezas que ofrece el co­rredor, ubicado en Bahía Salinas, esta empresa ofrece diferentes tipos de tours de aventura, entre ellos de cuadriciclos y cabalgatas a caballo, explicó Adrián Calleja, representante de la empresa. Uno de los atractivos de este tour y que lo hacen únicos e inigualables son los majestuosos paisajes que se contem­plan como el mirador con una Vista a Bahía Salinas, el refrigerio se da en la parte alta de la Hacienda, en el restau­rante El Chagüite, donde te sorprende una vez más; la vista del lugar y la ex­quisitez de su comida; tortilla palmeada y un acompañado de comida criolla es la sazón que le da un sabor y experien­cia única a la aventura. El paisaje que recorres en el tour te permite rodearte de una diversidad de árboles; como el Cenízaro, de ahí el nombre de la com­pañía Hacienda El Cenízaro.

Por su parte, Danilo Brenes, encarga­do de Mercadeo de Hacienda Quebra­da de Agua se muestra orgulloso de destacar las raíces de la empresa a la cual representa, un negocio familiar enfocado en mostrar las bellezas na­turales que tienen a su alrededor que combinado con deportes de aventura como es el spider monkey canopy de 11 cables pretende seducir a naciona­les y extranjeros.

El proyecto se ubica en 170 hectáreas destinadas a la preservación donde es posible divisar diferentes tipos de monos, perezosos y gran cantidad de avifauna. Además de un hotel con 10 habitaciones para quienes desean ex­tender su estadía.


El Canopy, con el encuentro con los árboles, monos y aves son es parte de la riqeza natural de lugar y de los atractivos de la empresa Spider Monkey Canopy Tour.
El Canopy, con el encuentro con los árboles, monos y aves son es parte de la riqeza natural de lugar y de los atractivos de la empresa Spider Monkey Canopy Tour.
Paisaje del tour a caballo de Hacienda El cenízaro.
Paisaje del tour a caballo de Hacienda El cenízaro.
Tour de cuadraciclos en Hacienda El Cenízaro.
Tour de cuadraciclos en Hacienda El Cenízaro.

Jorge Manuel Alán Fonseca, empren­dedor de Santa Elena de Cuajiniquil es propietario del restaurante Arreci­fe, quien te deleitará de frescos y de­liciosos mariscos. Este empresario, es también presidente del COLAC (Con­sejo Local de la Bahía de Santa Elena) quien explicó que dicha organización persigue el objetivo de regular el uso de la bahía desde el punto de vista de la explotación de la pesca.

El representante señala que están ge­nerando mayor concientización en aprovechar las riquezas marinas para la actividad turística que brinda un mayor derrame económico con res­pecto a la pesquera. “El principal reto que tenemos es demostrarle y conven­cer a los pescadores que es mejor ver una especie que extraerla”, explicó.

Si bien el representante reconoce que la pesca fue por muchos años una de las principales actividades económi­cas, el destino puede aprovechar las bondades y bellezas que posee la zona.

Esta opinión es compartida por el geógrafo y gestor local del Área Ma­rina de Manejo de Bahía Santa Elena, Olger Vega Espinoza quien conside­ra que “los grandes desafíos es que las personas se apropien de la zona y que el pescador comprenda que es necesaria la categoría de protección, ofreciendo alternativas económicas diferentes a la pesca, por medio de capacitación”.


Árbol de cenízaro, es parte del paisaje que contempla el tour de cabalgatas y cuadraciclos.
Árbol de cenízaro, es parte del paisaje que contempla el tour de cabalgatas y cuadraciclos.

Colabora en la nota Karen Retana, Periodista de Revista Viajes


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