Si ya era una tendencia la alimentación basada en alimentos orgánicos hace unos años, la pandemia potenció más el hecho de que las personas cuiden más lo que consumen y que los productos sean lo más orgánicos posible.
Es por ello, que los hoteles además de adaptar sus menús y preparar platillos con productos orgánicos, han desarrollado sus propias huertas y esto en respuesta a tres objetivos: ser más sostenibles, darle una nueva experiencia a su visitante de conocer la huerta, cosechar los productos y que les preparen los platillos con lo cosechado. Y finalmente, que el viajero absorba y lleve esas prácticas sostenibles a su hogar y a sus amigos.
Dos casos de éxito en el país que brindan este tipo de alimentación a sus huéspedes son el Hotel Cativo Lodge, ubicado en Golfo Dulce y el Hotel El Silencio Lodge en Bajos del Toro Alajuela.
Ambos hoteles cuentan con huertas orgánicas donde producen la mayor parte de alimentos que ofrecen a sus visitantes. Esto hace que su gastronomía se caracterice por no utilizar en sus verduras, hortalizas o especias fertilizantes o pesticidas artificiales y por ende su sistema de producción es más respetuoso con el ambiente.
El gerente general del Hotel Playa Cativo Lodge y experto en sostenibilidad, Kenneth Hidalgo indica que “nosotros nos aseguramos no solo de que el sabor del platillo sea espectacular, sino que conozcan la trazabilidad de los insumos que empleamos en cada uno de los platillos que servicios. Esto, porque es gastronomía consciente, no se trata solamente de satisfacer la necesidad de comer, sino de que sea una verdadera experiencia. Además, al producir de manera orgánica no estamos generando impactos negativos al medio ambiente que nos rodea.
“Como hacemos esto, bueno, le permitimos a nuestros huéspedes visitar la granja y huerta, y luego degustar en nuestro restaurante los platillos preparados por el Chef conociendo que gran parte de los insumos provienen de nuestra granja”, agregó Hidalgo.
Algunos de los productos que tiene el hotel en su granja que son empleados en los ingredientes de la mayoría de las entradas, platos fuertes y guarniciones son aurúgula, rábanos, pak choi, cebollino, albahaca, espinaca, chile, hierba buena, juanilama, jengibre, cúrcuma, yuca, ayote y zacate limón.
Además, el hotel cuenta con una granja, donde produce huevos de gallina y codorniz. Y, a lo largo de las 400 hectáreas de la propiedad, se pueden encontrar más de 45 especies de árboles frutales.
En el caso particular del Hotel El Silencio Lodge, su gerente general Frederic Capello explica que “como parte de nuestro compromiso de ofrecer la mejor experiencia de alojamiento ecológico en Costa Rica, El Silencio Lodge & Spa presenta una variedad de programas e iniciativas sostenibles para reducir nuestra huella ambiental y proteger y regenerar los recursos naturales vitales del bosque nuboso circundante. Es por ello, que en el área de gastronomía del hotel hemos invertido en contar con un invernadero, pollos de pastoreo y estanque de truchas”.
En el caso del invernadero este es orgánico y tiene un tamaño de 5.000 pies cuadrados que garantiza el acceso durante todo el año a vegetales coloridos, especias aromáticas y hierbas delicadas.
Además, este hotel posee cría de pollos de pastoreo, lo que les proporciona huevos frescos cada mañana.
“Asimismo, tienen un estanque de truchas para que los huéspedes atrapen su propio plato principal. Esta experiencia sana y de regreso a las raíces realza la conexión primordial con la naturaleza que eleva la experiencia gastronómica de El Silencio Lodge & Spa”, señaló Capello.